Dienstag, Mai 14, 2013

Staub

Hace rato no pasaba por acá. Ver que alguién tomó una decisión importante y dejó sus reflexiones en su propio Blog me hizo volver a escribir rápidamente algo. Me alegra escribir algo de nuevo, mas ahora que la historia se pone complicada. La vida es corta y las decisiones suelen ser difíciles de tomar. Nos ponemos viejos y se nos olvida el coraje de empezar aventuras nuevas, o tal vez la cuenta de los servicios o de cuantas otras cosas nos acuerda que las aventuras valen plata, y que no siempre hay una cuenta de respaldo para cubrir los gastos. Las aventuras de la juventud solían ser tan económicas en comparación....te hacés viejo y todo se pone caro, o lo queremos vemos caro, nos volvemos calculadores. La cuestión es que las consecuencias de las decisiones actuales suelen ser mas graves que lo eran en ese entonces.
Ya veremos que pasa.

Sonntag, März 27, 2011

Pena ajena: un tipo que quería acabar con las palancas y la corrupción y vea con las que sale

Esto es tomado de la versión online del periódico El Tiempo de Colombia de hoy 27 de marzo de 2011. Un tipo que que fue candidato presidencial y cuya principal campania se basaba en la lucha contra la corrupción, las palancas, la politiquería propia de Colombia. Y se queda por elevado sin un par de visas y como lo logra en tiempo exprés? con palancas y politiquería. Fatal. Me hace acordar como precisamente una vez pedí una visa de trabajo para el Reino Unido y su ágil trámite en su embajada en Alemania me hizo perder el vuelo, ya que pese a que tuvieron 4 semanas sólo les dió por entregar la visa dos días después del vuelo...pero como no somos políticos, tocó como siempre ir a desahogar la rabia contra la pard mas cercana y lamentarse inutilmente de la pérdida de tiquetes, reservas de hoteles y la quedada como un culo en el trabajo. Fatal Mockus, fatal esta jugada. Ahí les dejo el texto del periódico:


Visado express

La Sociedad Colombiana del London School of Economics (LSE) invitó a Antanas Mockus a la conferencia que anualmente realiza en la capital inglesa. Horas antes de tomar el vuelo el exalcalde les avisó a los anfitriones que no tenía visa para entrar al Reino Unido. Le preguntaron por qué no había pensado en ello con tiempo y respondió que sólo el día del viaje, el viernes de la semana pasada mientras se bañaba, se le cruzó por la mente la palabra visa. Cuando llamó a Londres eran las 4:00 de la tarde de allá. Parecía imposible conseguirle el documento, pero los diligentes egresados de la LSE llamaron al embajador de Colombia, Mauricio Rodríguez, y él se puso al frente del trámite. Lo logró, pero Mockus tuvo que posponer un día su viaje. El sábado a la 1:00 de la tarde lo recibieron los funcionarios de la embajada en Bogotá y le expidieron el visado. Lo increíble es que después Antanas debía viajar a Rumania, invitado al lanzamiento de un documental sobre Bogotá, y ¡oh sorpresa!: tampoco había pensado en ese visado. Tuvo que esperarlo hasta el martes de esta semana gracias otra vez a la palanca de la embajada colombiana.


Montag, Juni 01, 2009

La enfermedad del este

En Europa oriental se vivió luego de la subida de los soviéticos una cruel enfermedad llamada comunismo. El retraso que esta trajo consigo se hace latente en las calles de Budapest, una ciudad que por su riqueza histórica y arquitectónica debería estar a la par, al menos en aspecto, de su antigua companera de imperio Viena. Pero no, la ciudad es una sombra de grandeza del pasado. Sus fachadas se derrumbaron en varias partes y los antiguos castillos sufren el deterioro de casi 50 anios de tiranía política. Igual se ve la gente, apenas saliendo del letargo. Espero que a nosotros en Colombia no nos llegue una peste de este estilo cuando de alguna forma los payasos del Polo llegasen al poder, que Dios nos libre.

Sin embargo, Budapest tiene cierto encanto, sobre todo la parte de Buda.

La gente es muy amable y se comporta distinto a los alemanes, es difícil encontrar gente que hable inglés, pero igual algo entienden. La ciudad tiene mucho turista francés e italiano y una gran cantidad de estudiantes alemanes que se van a estudiar allí debido a la facilidad de encontrar un cupo universitario en comparación con Alemania.

Una visita a Budapest vale la pena.

Montag, Mai 04, 2009

eins eins zwo

Vuelve y juega que nos toca recoger a mi y a la nena a un herido borracho en Alemania. La vez pasada fue el Hausmeister (conserje) de mi casa que donde no le volteemos la cabeza se muere ahogado en su vómito en el patio de entrada de la casa donde vivo, o se moría congelado porque se quedó inconsciente en el patio dicho y estábamos como a -4°C. Ahí tocó llamar a emergencias y muy prontos lo recogieron. Lo cómico fue después con la policía que vino a preguntar como nos lo habíamos encontrado. Y la forma absurda en la cual el tipo que vive conmigo se hizo el que no sabía nada y no prestó la mínima ayuda (dícese un h!"§$ta!!!).

Esta vez fue el sábado. Saliendo del McDonald´s de la estación del tren escuchamos un golpe seco en las escalas que conducen al tunel para pasar debajo de las plataformas. Nos asomamos y estaba un tipo tirado en plenas escalas, un par de alemanes estupefactos y entonces lo fuimos a atender. El tipo al principio no se podía mover así que optamos por llamar de inmediato a las emergencias (1 1 2). De un momento a otro el tipo se incorporó y vimos que al menos no se había lesionado la espalda, pero si tenía una herida en la cabeza y estaba bastante borracho. En fin, la ambulacnia llegó y esta vez no hubo interrogatorios policiacos y la gente que pasaba a tomar el tren siempre ofreció ayuda.

Freitag, April 10, 2009

Época de Crisis

En mis tiempos de estudiante en Münster tuve muchas veces que me ayudé económicamente gracias a la repartición de flyers en las calles y buzones. Dícese "spammer".
Conozco el sentimiento de salir con las mejores ganas a la calle a repartir papelitos y que la gente te mire feo, y que dos calles más abajo ya venga alguien de la autoridad civil o algo por el estilo a decirte que recojas de la calle los papelitos que la gente está botando. Lo que siempre creí es que al menos los leen. Uno al menos mira el título digo yo.

Pues debido a esto suelo tomar todos los flyers que me ofrecen, a veces hay flyers cómicos, a veces hay otros que ofrecen cosas gratis, a veces hay otros que ofrecen una vida mejor. Verdad o mentira, van a parar casi siempre al siguiente cesto de basura.

Los mejores repartidores de flyers que conozco son los chirretes del centro de Medellín. Tienen una forma de llamar la atención (esa forma de "aplaudir" con el rocesito de los flyers) y de igualmente hacerlo a uno pensar que le van a robar todo en conjunción con otro compinche que silenciosamente va detrás de uno a sacarle la billetera al momento que uno se distraiga con el flyer. En mi última visita a Medellín caminando por el centro me metieron una mano al bolsillo y me sacaron un billete de 10 mil pesos caminando por la iglesia de La Candelaria, una conjunción de chirretes usando una estrategia similar. Otro día caminando por Junín no me sacaron nada, pero me entregaron este flyer que me dió mucha risa. Me lo traje para Alemania para ver las reacciones de los alemanes al respecto. Aún no lo he puesto en debate, pero acá lo dejo en el blog, a ver si algún día alguien lo lee. Aunque esto de los blogs como que frunció desde que se volvieron de moda en los periódicos online y ya casi nadie lee blogs. Facebook también ayudó a acabar un poco con esto.

Será tanta cosa cierta? jaja ahí se los dejo...




Mittwoch, April 08, 2009

Luego de 6 meses

Me acaban de avisar que en efecto si se encontraron mi celular en el tren. Tal vez será por negligencia o ganas de no buscar, hasta que me encontré con alguien de la recepción que si quiso buscar y hacer llamadas para confirmar que si tenían mi celular en objetos perdidos.

En todo caso ya es mucho saber que esta gente es honrada y le devuelve a uno las cosas, eso ya es muy bonito. En mi país, eso no pasa casi nunca, y devolver las cosas ajenas es comúnmente categorizado como estúpido.

Resulta que el 26 de octubre del 2008 estaba yo en una situación de mucho estrés. En un viaje urgente que hice a casa en el tren llevaba muchas cosas en las manos y ninguna mochila. En el tren hice muchas llamadas y poco antes de llegar a mi casa se me sentó un tipo al frente (íbamos en el vagón restaurante) y me puso su equipaje en el camino de mi salida. Me puse a ver una película en el iPod y no empaqué de nuevo el teléfono en el bolsillo, un Nokia N95 con pocos meses de uso.

Distraído con la película y con los pensamientos de todo lo que tenía que hacer ese día, me dí cuenta que el tren ya estaba entrando a la plataforma de mi estación. Concentrándome en no perder nada de lo que llevaba conmigo y en apartar el equipaje en mi camino, se me olvidó recoger el teléfono de la mesa. Justo cuando me bajé y las puertas cerraron me dí cuenta que lo había dejado en el vagón y ya era tarde porque el tren se había ido. Para abrir la puerta del tren me ayudó la empleada del ferroviario que controla los tiquetes y que tiene un pequenio despacho en el vagón restaurante.

Lo primero que hice fue correr a mi casa a llamar a mi celular. Al menos el tipo que estaba en frente mío podría contestar. No contestaba y no contestaba. De repente me devolvió la llamada y me puso en el auricular a la asistente del tren. Era en efecto la misma voz de la mujer que me había ayudado a abrir la puerta. Esta mujer me dijo que no había problema, que ella iba a entregar el celular en la estación destino de ese tren y que por 10 Euros me lo mandaban a casa, que yo sólo debía regustrarme en su oficina de objetos perdidos.

Hasta ahí estaba yo tranquilo, y el periplo comenzó cuando me registré en la oficina de objetos perdidos de la Vogtlandbahn GmbH. La línea es de cobro, y la atención siempre fue perversa. IGual el alemán en general se vanagloria de ser el campeón en exportaciones del mundo, pero nunca se da cuenta que el servicio que presta, en especial la atención al cliente, son de una calidad ínfima. Pasaron muchos días y oportunidades en que llamé y me negaron que el celular estuviera donde ellos. Muchas veces necesité el GPS que trae el teléfono. Muchas veces quise denunciar el caso en la policía. Muchas veces busqué en el tren al asistente y le pregunté si sabía algo, busqué si por casualidad estaba la misma mujer, pero nunca la ví de nuevo.

Ya incluso fuí a Colombia y me tocó seguir andando con mi viejo Nokia. Me había resignado. a la pérdida del teléfono. Tanto que ayer busqué y compré en E-Bay un teléfono igual de segunda. por casi 150 Euros. Luego de comprarlo me dió por escribir de nuevo a la oficina de objetos perdidos del Vogtlandbahn, por no perder, por no rendirme.

Y hoy, precisamente hoy en la manana recibí un correo donde decía: Apreciado cliente, en efecto si tenemos su celular en objetos perdidos, si quiere venga por el (a un pueblo que queda como a 150 km de acá) o se lo enviamos directo a su casa por 10 Euros. Llamé a la línea de atención y la persona era absolutamente amable, se notaba que se tomó el trabajo de buscar.

La vida es irónica.

Donnerstag, März 26, 2009

Cuestión de ego?

Para salir adelante en Alemania cuando ya no se es estudiante hay que tener cierto ego. Esta gente es ego-dependiente, especialmente en el ámbito académico alto (léase investigación) y en la industria de los mandos medios hacia arriba. Fatal para gente como yo que les gusta el perfil bajo.