Mittwoch, April 08, 2009

Luego de 6 meses

Me acaban de avisar que en efecto si se encontraron mi celular en el tren. Tal vez será por negligencia o ganas de no buscar, hasta que me encontré con alguien de la recepción que si quiso buscar y hacer llamadas para confirmar que si tenían mi celular en objetos perdidos.

En todo caso ya es mucho saber que esta gente es honrada y le devuelve a uno las cosas, eso ya es muy bonito. En mi país, eso no pasa casi nunca, y devolver las cosas ajenas es comúnmente categorizado como estúpido.

Resulta que el 26 de octubre del 2008 estaba yo en una situación de mucho estrés. En un viaje urgente que hice a casa en el tren llevaba muchas cosas en las manos y ninguna mochila. En el tren hice muchas llamadas y poco antes de llegar a mi casa se me sentó un tipo al frente (íbamos en el vagón restaurante) y me puso su equipaje en el camino de mi salida. Me puse a ver una película en el iPod y no empaqué de nuevo el teléfono en el bolsillo, un Nokia N95 con pocos meses de uso.

Distraído con la película y con los pensamientos de todo lo que tenía que hacer ese día, me dí cuenta que el tren ya estaba entrando a la plataforma de mi estación. Concentrándome en no perder nada de lo que llevaba conmigo y en apartar el equipaje en mi camino, se me olvidó recoger el teléfono de la mesa. Justo cuando me bajé y las puertas cerraron me dí cuenta que lo había dejado en el vagón y ya era tarde porque el tren se había ido. Para abrir la puerta del tren me ayudó la empleada del ferroviario que controla los tiquetes y que tiene un pequenio despacho en el vagón restaurante.

Lo primero que hice fue correr a mi casa a llamar a mi celular. Al menos el tipo que estaba en frente mío podría contestar. No contestaba y no contestaba. De repente me devolvió la llamada y me puso en el auricular a la asistente del tren. Era en efecto la misma voz de la mujer que me había ayudado a abrir la puerta. Esta mujer me dijo que no había problema, que ella iba a entregar el celular en la estación destino de ese tren y que por 10 Euros me lo mandaban a casa, que yo sólo debía regustrarme en su oficina de objetos perdidos.

Hasta ahí estaba yo tranquilo, y el periplo comenzó cuando me registré en la oficina de objetos perdidos de la Vogtlandbahn GmbH. La línea es de cobro, y la atención siempre fue perversa. IGual el alemán en general se vanagloria de ser el campeón en exportaciones del mundo, pero nunca se da cuenta que el servicio que presta, en especial la atención al cliente, son de una calidad ínfima. Pasaron muchos días y oportunidades en que llamé y me negaron que el celular estuviera donde ellos. Muchas veces necesité el GPS que trae el teléfono. Muchas veces quise denunciar el caso en la policía. Muchas veces busqué en el tren al asistente y le pregunté si sabía algo, busqué si por casualidad estaba la misma mujer, pero nunca la ví de nuevo.

Ya incluso fuí a Colombia y me tocó seguir andando con mi viejo Nokia. Me había resignado. a la pérdida del teléfono. Tanto que ayer busqué y compré en E-Bay un teléfono igual de segunda. por casi 150 Euros. Luego de comprarlo me dió por escribir de nuevo a la oficina de objetos perdidos del Vogtlandbahn, por no perder, por no rendirme.

Y hoy, precisamente hoy en la manana recibí un correo donde decía: Apreciado cliente, en efecto si tenemos su celular en objetos perdidos, si quiere venga por el (a un pueblo que queda como a 150 km de acá) o se lo enviamos directo a su casa por 10 Euros. Llamé a la línea de atención y la persona era absolutamente amable, se notaba que se tomó el trabajo de buscar.

La vida es irónica.

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